Un hilo extenso se desprende desde
la punta de algún hueso,
y en intervalos de agonía vacilante,
desfallece la esperanza.
El germen de una historia ha palidecido,
sucumbió ante la latente oscuridad de su futuro.
El estómago se convirtió
en un nido de criaturas salvajes e impiadosas,
que no saben dar tregua.
¿Por cuál extremo de mi cuerpo se agota la vida?
¡Se han roto mis venas!
Hay una fuga de sangre que no veo,
y no quiero curar.
Se ha hecho una laguna a mis pies.
Algo ahí llora sin llanto,
y gime sin dolor.
Una parte de mí
que nunca imploró vida, ni tampoco muerte.
Una parte de la historia que blasfema al amor.
ALÉJATE
Yo soy abismo que canta,
que llora, que gime bajo las sombras,
que lleva en su mirada,
la luz de los ocasos agonizantes.
Que arrastra en sus pasos
el trémulo resplandor de la desesperanza.
Apágate en mis dedos,
y en el fervor de mi sangre.
Porque, aunque fueras agua,
no comprenderías mi sed.
Y aunque fueras noche,
te asustaría mi oscuridad.
Ensayo
Preludio de la obscenidad
Escuché con atención aquella voz matinal que volaba sin permiso, y sin siquiera entenderlo enrojeció mis mejillas percudidas por el hastió cotidiano.