Toda música sueña con sus danzas
Subrepticia la memoria
revira los contornos
de un poema
Que acaso fuere melodía
de un canto ya perdido.
La lluvia repercute
sus ritmos disonantes.
Se vuelve melodía
el gesto del paseante.
Mandora,
un compás entre cuerdas y madera
te hace vivir y resucitas
siglos intercadentes de sonoridades
en la nada.