Cuando una leve claridad anunciaba la inminencia de un nuevo día, Micaela inició el ascenso.
Cuando una leve claridad anunciaba la inminencia de un nuevo día, Micaela inició el ascenso.
Ciertamente fui Hueytlatoani Colimotl por derecho, por ser el mejor entre los guerreros de mi pueblo.
Alcanzaron las faldas del cerro de Cuatlapanga, donde el guía comenzó a narrar la leyenda.
Mientras tanto, Popocatl y sus hombres avanzaban hacia el sur. No faltaron en su camino zozobras y reveses.
Unos dijeron que la madre tierra estaba enojada, que ya no aguantaba más los malos tratos.
Al principio la enjundia y la sorpresa sumaron victorias a mi recién estrenado apellido.
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