El paquete

El peso sobre mis hombros, la opresión en el pecho, volaron con ellos.
Arrepentimiento

Con la cara enrojecida y el corazón latiendo a todo galope, se arrodilló en el confesionario.
La entrega

Necesito caminar. Alejarme de las olas embravecidas que cada vez llegan más cerca.
Solo venimos a soñar

El tlatoani Nezahulacoyotzin cerró los ojos. La pesadilla no lo abandonaba.
Perdón, el fin del mundo

Desde entonces casi a diario rondé su casa, en espera de verla salir, dirigirle la palabra.
Palabra de leona

Nunca considerará a una mujer como compañera.
Los hermanos

El viento fresco y las primeras luces de la aurora nos sacaron de aquel idilio.